Sonaba el timbre y hacías lo imposible para llegar primero a la cola del kiosco. Eran irresistibles y el paquete entraba justito en el bolsillo del guardapolvo. Panza llena y corazón contento.
el cumple venía bárbaro con sanguchitos, coca en botella de litro, palitos, chizitos, la piñata... y a hora de partir venía la mamá de tu amigo con una bolsa de residuos negra (para no ver el contenido) y sacaba un TOPOLIN (noooooo!!!!) que traía con un chupentín verde y chato, derretido con un nylon pegado al mejor estilo de los pirulines de la playa. eran tan desabridos que terminaban gustándote.
Bailar es un don y algunas películas ochentosas marcaron a varias generaciones gracias al pasito del actor de turno. El joven Patrick Swayce le sacaba viruta al piso en Dirty Dancing (1987), Kevin Bacon se revelaba en Footloose (1984) y un negro Michael Jackson daba miedo en Thriller (1983). Tres coreos obligadas en Camino al Oscar de Feliz Domingo y ahora no me vengan con Bailando por Sueno...
Persiguiendo cacos en moto, gastando rutas en camión o esquivando fardos en un Dodge, las amistades sobre ruedas hicieron furor: Chips, BJ y Los Dukes de Hazzard son dignos testigos de que el compañero de emociones no era sólo un paquete de cigarrillos!
